MartÃnez-Ibáñez, V. — Ochoa, A. — Campos, T. — Romea, S.
Datos técnicos
La relación constante entre colegas de distintas disciplinas, entre profesionales y pacientes, y la voluntad de obtener los mejores resultados en salud en un entorno sostenible, hace que podamos hablar de las instituciones sanitarias como organizaciones altamente complejas. Esta afirmación, cada dÃa más evidente, nos convierte en agentes activos en la gestión de la salud de los ciudadanos, y deberÃa obligarnos a aprovechar lo mejor de cualquier organización, incluso de aquellas aparentemente muy alejadas de nuestro ámbito, para optimizar la gestión de nuestra propia organización. Lejos de dejarnos intimidar por lo que supone incorporar métodos y estrategias de organizaciones y empresas que nada tiene que ver con el sector salud, debemos favorecer su asimilación si con ello podemos conseguir mejores resultados. Empresas del sector digital, como Apple o Microsoft, o del sector de la automoción, como Toyota, nos ofrecen muestras de cómo conseguir una mejora continua, con objetivos bien definidos y asumibles, a partir de liderazgos sólidos y siempre contando con la participación de los profesionales que componen sus respectivas organizaciones.
En sÃntesis, los avances se podrÃan resumir en el cambio de una organización vertical por una organización más transversal, accesible y orientada a resultados clave para el cliente. Si nos referimos a las organizaciones sanitarias, requiere la participación de los profesionales y orientarlos a satisfacer la demanda, a partir del conocimiento de las expectativas de los clientes-pacientes-ciudadanos.
En los últimos años somos testigos de un cambio de paradigma real, donde estamos pasando de una organización vertical (piramidal) a una organización matricial (dual). Debemos pasar de ser testigos a ser impulsores de esta transformación. Tenemos que aprovechar las fortalezas de una organización piramidal heredada (seguridad, estabilidad, disciplina) y corregir sus debilidades (paternalismo, falta de creatividad, falta de competencia) a partir de una organización matricial que ofrezca a los profesionales un motivo de crecimiento personal y profesional.
Por tanto, estamos hablando de una nueva organización en salud que integre lo mejor de la organización piramidal y la organización transversal y que oriente todas sus acciones alrededor del paciente. Una organización transversal, centrada en la organización por procesos en toda la institución, ya sean procesos de carácter organizativo (hospitalización, bloque quirúrgico, hospital de dÃa, urgencias, crÃticos...) o clÃnicos (lesionados medulares, prótesis de cadera, ictus, procesos oncológicos y otros). Cada uno de estos procesos deben ser liderados por aquellos que mejor los conocen: los propios profesionales. Además, es preciso impregnar al conjunto de la organización de un espÃritu de constante mejora continua con la voluntad de que los profesionales se sientan corresponsables de una manera directa o indirecta de las mejoras a realizar y de los resultados a obtener.
Este tipo de organización se orienta de forma distinta a las direcciones clÃnicas que no dejan de ser organizaciones piramidales asentadas sobre áreas de conocimiento y sin la suficiente orientación al proceso asistencial del paciente.
Reforzar la optimización de la organización de la propia institución gracias a la ayuda de todos los profesionales, refuerza el proyecto general, entendiéndolo con visión global, no solo personal, ni de servicio, sino institucional. Este orgullo de pertenencia, esta satisfacción por el trabajo bien hecho, en términos de calidad y seguridad, en una institución cuya organización promueve estos aspectos y que está centrada en el paciente ha de ser beneficiosa, no solo para los receptores de la atención, sino para quienes la prestan, para los profesionales. Para ello, se necesita talento, voluntad, espÃritu de esfuerzo para ser y estar al servicio del paciente-enfermo-ciudadano. Vocación de servicio que es en el fondo la razón de ser de las profesiones sanitarias. Quienes estamos implementando este tipo de organización debemos explicitar, compartir e insistir en la importancia de este nuevo orden que proponemos, para favorecer una mejor organización sanitaria y, en definitiva, obtener mejores resultados y que, sobre todo, estos sean relevantes para nuestros pacientes.
La inmovilidad de antaño que parecÃa consolidar nuestras opiniones, nuestras creencias, ya no es válida en los tiempos que corren. Nos debemos dejar envolver por el aroma de la gestión del cambio y la dinámica de las propias Ciencias de la Salud. Para no dispersar nuestros esfuerzos, es preciso identificar el punto guÃa, el faro que nos permite seguir el rumbo adecuado, y este faro, este punto fijo es el paciente. Y cuando miramos de forma más cercana a este paciente, como buenos profesionales de la salud, percibiremos este punto de confianza. Al fin y al cabo la confianza del ciudadano, hacia lo que le decimos, hacia lo que hacemos, es un objetivo a perseguir y cuidar, ya que éste deposita el cuidado de su salud en nuestras manos, sin olvidar que él mismo, ya sea en su condición de ciudadano que goza de buena salud o lo contrario, tiene también una alta responsabilidad en el cuidado de su salud. Por esta razón el ciudadano va a ser también un agente clave del cambio y somos nosotros quienes debemos fomentar su participación.
Es evidente que muchos profesionales con responsabilidad de mando poseen las competencias para liderar sus servicios tal como proponemos en las siguientes páginas y que lo llevan haciendo de ese modo desde hace tiempo. Por sà mismos, han llegado a la conclusión de que un despliegue organizativo más transversal es mucho más eficaz, pero no deja se de ser un fenómeno aislado, llevado a cado a tÃtulo personal, no por el conjunto de la organización. Ahora bien, no hay que olvidar que no se puede ser taxativo ni dogmático cuando nos referimos a cuál es la mejor forma de organización. Pero lo que sà está demostrado, es que, si se quieren gestionar cambios profundos en las grandes instituciones sanitarias, debe haber una orientación estratégica respetando la cultura y la inercia de las mismas, puesto que tienen un alto impacto sobre los profesionales.
Cuando hablamos de resultados en salud relevantes para los pacientes, hablamos de indicadores como la eficacia y la seguridad, y de cualquier otro que nos permita medir aspectos tan diversos como la confianza que le merecen los profesionales que lo han atendido, la comodidad de la estancia del paciente en nuestras instituciones o la calidad de la comida, por citar tres ejemplos que habitualmente son medidos en las encuestas de opinión de los usuarios de los dispositivos sanitarios.
Todo lo comentado anteriormente se abarca en este libro que tiene en sus manos. Es un relato elaborado a partir de las experiencias adquiridas por los autores en los últimos 10 años en diferentes organizaciones sanitarias y que ya han obtenido resultados.
El objetivo de este libro es compartir nuestra experiencia con aquellos que, como nosotros, creen fehacientemente que es posible cambiar la manera de gestionar nuestras organizaciones sanitarias. Pero este cambio solo será efectivo si tenemos el atrevimiento y el conocimiento para realizarlo. En cuanto al cómo, no dejaremos de insistir en que la esencia de la transformación es la participación de los ciudadanos, en su calidad de pacientes o no, y de los profesionales, con el objetivo de obtener resultados relevantes, respetando la cultura de cada institución.
La esencia de cualquier organización, como no podÃa ser de otra forma, son las personas. Tenemos la fortuna de que la inmensa mayorÃa de las personas con las que tratamos son profesionales vocacionales y, por tanto, con una enorme capacidad de impulsar cambios si se les muestra el camino y si, tras ese camino, obtienen lo que esperan: una mejor atención para las personas y unos mejores resultados en salud.
Tras un libro hay dos grandes actores, los autores, que tienen el privilegio de escribir sobre su experiencia, y el lector, que con su interpretación da vida al texto. Por eso le pedimos receptividad hacia esta nueva manera de gestionar, y que afronte la lectura de estas páginas y los cambios que están por venir sin temores y con la mente abierta. Confiamos en usted para ayudar a que esta necesaria transformación que el sistema necesita sea una realidad.
Vicenç MartÃnez Ibáñez
Coordinador de la obra y autor principal.
Doctor en Medicina y CirugÃa por la Universidad Autónoma de Barcelona. Jefe de servicio de CirugÃa pediátrica del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona. European Board of Pediatric Surgery. Pionero en España del trasplante hepático infantil (1985). Pionero en España del programa de CirugÃa fetal (2001). Diplomado en el Programa de Alta dirección de Instituciones sanitarias por IESE Business School, Madrid (2008). Diplomado en el Programa de Alta Dirección Empresarial (PADE) por IESE Business School, Barcelona 2014. Gerente del Instituto Catalán de la Salud de Girona y del Instituto de Asistencia Sanitaria de Girona (2012-2014) y gerente del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona (2015-2019).
Anna Ochoa de Echagüen
Licenciada en Medicina por la Universidad Autónoma de Barcelona. Especialista en Medicina Interna. MBA por ESADE Business School, Barcelona (2004-2006). Diplomada en el Programa de Dirección General, IESE Business School (2014). Directora Asistencial del Instituto Catalán de la Salud de Girona y del Instituto de Asistencia Sanitaria de Girona (2012-2014) y directora asistencial del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona (2015-2019).
Antonio Campos Rubiño
Licenciado en IngenierÃa Industrial Superior por la Universidad Politécnica de Catalunya. MBA por la Universidad de Girona. Diplomado en Lean Management. Director Estratégico del Hospital Universitario Vall d’Hebron of Barcelona, 2015-2019.
Soledad Romea Lecumberri
Doctora en Medicina y CirugÃa por la Universidad de Zaragoza. Especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública. Máster en MetodologÃa en Ciencias de la Salud por la UAB (1995). Máster en Dirección de Instituciones sanitarias UAB (2007). Programa de Alta Dirección de Instituciones Sanitarias, IESE Business School (2017). Directora de Procesos del Hospital Vall d’Hebron (2008-2019).