Ramos Estevez, Rafale
Datos técnicos
Psicólogo en ejercicio desde el año 2001, por la Universidad de Jasé, educador social en el centro de menores "Azahara" de Córdoba, posteriormente "Medina- Azahara", durante más de seis años, Doctor "Cum Laude" en Educación, por la Universidad de Córdoba desde el año 2013, con la tesis doctoral: " Diseño, desarrollo y evaluación de instrumentos de medida de actitud hacia el alcoholismo en adolescentes", ejerciendo como funcionario de carrera, grupo A-2016, especialidad superior facultativo-psicologÃa de la Junta de AndalucÃa desde el pasado año 2007, en diversas ConsejerÃas ( Igualdad y Bienestar Social, Educación, Salud y Bienestar Social, Igualdad Salud y PolÃticas Sociales, Salud y por último PolÃticas Sociales) y en diversos puestos de responsabilidad relacionados con centros de reforma, centros de protección, departamento de adopción nacional e internacional y departamento de acogimiento, equipos de menores, intervención y tratamiento en el medio familiar, aportan de forma directa un amplio bagaje en el ámbito de la psicologÃa y de la infancia en riesgo y desprotección.
Experto en maltrato infantil, y de forma especifica, en el Servicio de Protección de Menores, desde el pasado año 2009, con una intervención integral en la detección de situaciones de desprotección, con amplia experiencia en la coordinación institucional con Juzgados de Familia, Equipos de Tratamiento familiar, Servicios Sociales Comunitarios, FiscalÃa de Menores, recursos de tratamiento y rehabilitación en adicciones y otros recursos de intervención que trabajan a nivel integral con menores y sus familias, tanto a nivel sanitario como a nivel social, ayudan sobremanera a la redacción de la presente obra.
"La violencia familiar, ese maltrato fÃsico o psÃquico de puertas adentro, provocó el año pasado 6.038 vÃctimas menores de edad registradas por el Ministerio del Interior. Y el delito sexual, ese atentado a oscuras, 4.542. Sólo con los golpes, los insultos o las humillaciones domésticas que llegan a conocimiento del Estado, en España hay un niño, una niña o un adolescente atacados cada 84 minutos. Y un menor de edad abusado o agredido sexualmente cada 120 (Periódico El Mundo, 2018)".
Cuidar el futuro de nuestra propia sociedad se convierte en un fin eminentemente práctico, que ayuda a legitimar, la protección del sistema en el cuidado de sus miembros más vulnerables, como algo básico y fundamental para su propia pervivencia.
La familia como institución fundamental para la crianza, en todas y cada una de sus diversas modalidades, fruto de un importante proceso de reconversión social, sean monoparentales, biparentales, tradicionales, en cualquiera de ellas, se configura como el lugar idóneo para el desarrollo de cualquier niño o niña; pero sólo en aquellos casos en los que ésta no pueda responder, el sistema se hace responsable subsidiario, por cuestiones inherentes al propio funcionamiento social del sistema en el que nos encontramos, y con una finalidad básicamente de subsistencia del propio sistema.
Por tanto, entendemos el concepto "hijos del sistema" desde un origen justificado en la propia subsistencia del sistema social en el que nos desarrollamos. Como una responsabilidad que las sociedades modernas han asumido como base para la garant??a de futuras generaciones de la propia sociedad.
El trabajo en el ámbito de protección a la infancia, puede resultar uno de los ámbitos laborales y de intervención mas controvertidos que existen en la actualidad, no solo por la fragilidad del sector poblacional con el que se interviene, y de las transcendentales medidas que se adoptan, sino por la exposición l??mite a una situación extrema, que implica determinar la existencia o no de una situación de desprotección, de la separación de un niño de su familia biológica y de todas las implicaciones administrativas, judiciales y sobre todo personales que conlleva la declaración de desamparo.
¿ Hasta dónde está dispuesto a llegar el sistema, por proteger a sus hijos?