Francisco YUSTE
Datos técnicos
Me gusta mi profesión, apoyar a las personas en la obtención de sus objetivos. Me gusta que los profesionales que nos dedicamos a ello lo hagamos de la mejor manera posible y que sea desde un enfoque humanista. En mi opinión, en coaching se pueden distinguir tres grandes escuelas: PNLista, Ontológica y Humanista. Desde fuera no hay diferencias aparentes, desde dentro las diferencias son fundamentales.
Cuando me formé en PNL noté que el interés estaba en la consecución de la meta; pareciera que los coachees fuesen el objeto donde se aplican las herramientas. La meta del coachee es el objetivo a cumplir. Noté que los coachs se sentían especiales, como si fuesen los artífices de los cambios que el coachee produce.
Cuando conocí el coaching Ontológico me gustó inmediatamente el enfoque: el poder de la palabra como base de los pensamientos. Sin perder el objetivo, la orientación va hacia la persona y esto lo hace especialmente atractivo para mí.
Para los humanistas, las personas poseen recursos propios suficientes, pero los problemas con los que conviven los ocultan. Como Miguel Ángel al eliminar el mármol sobrante y liberar a David, nuestra idea es desenterrar y permitir que estos recursos afloren. Nuestra orientación es el fortalecimiento de la persona durante el proceso de coaching: dotarla de autonomía y que consiga su meta.
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