ANDRES URTASUN, MARIA
Datos técnicos
Los daños sufridos entre 1931 y 1936 tuvieron un cariz voluntariamente destructivo en gran parte y, al estallar la guerra, se sumaron las destrucciones provocadas por los disparos de la artillería nacional emplazada al noroeste de Madrid. La destrucción se frenó al comenzar 1937. Desde entonces, lo que primó fue el saqueo de los edificios abandonados, que en buena parte se debió a algo tan aparentemente ajeno a la guerra como es el frío. La madera de las puertas, vigas y ventanas servía para alimentar el fuero del hogar. Desde 1937 las destrucciones fueron principalmente de origen militar; bastantes de los grandes edificios abandonados sirvieron para emplazar armas defensivas y se convirtieron así en objeto par la artillería y la aviación nacional. Por otra parte, la arquitectura de los pueblos de la provincia de Madrid no padeció tanto el afán de destruirla, como por la propia guerra y el abandono, o bien por el uso como puntos de observación o de armamento defensivo, que los convertía asimismo en objetivo militar.
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