Simona Pecoraio
Datos técnicos
A finales del siglo XIX se comenzó a generar y producir energía eléctrica y a utilizar los nuevos combustibles derivados del petróleo para producir energía termoeléctrica y para permitir el funcionamiento del motor a combustión. En este momento los residuos procedentes de las actividades industriales crecieron rápida y ampliamente, también debido al aumento de la producción de objetos de consumo y a la implementación de los envasados. Se fueron sustituyendo las fibras y los materiales naturales con materiales sintéticos y de plástico. Además, se implantó una cultura de "usar y tirar", aumentando el consumo de productos de calidad y precio inferiores, además de menor vida útil. Sin embargo, ha sido la industrialización, lo que ha ido implementando la demanda de materiales a precios asequibles, y por consiguiente, también ha ido aumentando la demanda de objetos usados para reciclar. Especialmente la escasez de recursos provocada por los dos conflictos bélicos, ha favorecido el reciclaje para suportar los costes miliares. Finalmente, a partir de los años 70, la recuperación y el reciclado han cogido dimensiones aún mayores, especialmente con el objetivo de hacer frente a la subida de los costes energéticos. Además de la valorización material (compostaje, reciclaje, etc.), existe un tratamiento complementario en la gestión de los residuos ampliamente extendido en la mayoría de los países desarrollados: la valorización energética. Su finalidad es recuperar el rechazo, es decir, el conjunto de materiales que por algún motivo no es posible reciclar, que inevitablemente se producen en el proceso de recogida y selección de los residuos. En este manual se verá cómo se lleva a cabo la identificación y la caracterización de los residuos industriales, además de describir las distintas maneras de gestionar su recogida, tratamiento y eliminación.
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