VICENTE ORTIZ ORIA
Datos técnicos
El libro de “Avances en el oficio de vivir” trata de la posibilidad de coexistir en armonía las distintas culturas, al implementar también desde el aporte regresivo la posibilidad de nuestro cometido vital, a la par que cuidar y potenciar nuestro en-torno y la supervivencia de las organizaciones vivientes en el planeta. Hombres, animales y plantas somos seres vivos, graciosos, resplandecientes y mágicos, en diferente onda de vibración pero energéticos al fin, que convivimos en realidad para disfrutar de la vida y aprender una lección recurrente: La del respeto, la sensibilidad, la empatía y la armonía, sin distinción de raza, cultura y religión.
- Somos seres humanos, personas que nos distinguimos al observar en matices diferentes la realidad. Si bien, es más frecuente escuchar a los científicos la posibilidad de vida en otros planetas, dentro y fuera de la Vía Láctea, anexados a estrellas similares a nuestro Astro rey. Asumiendo dichas evidencias físicas y cosmológicas se nos facilita la idea cada vez más frecuente, de que vamos a conseguir emigrar a otros planetas (más tarde que pronto) y poder conquistar nuevas riquezas, surgiendo la tentación engañosa de laxitud y descuido en el CUIDADO Y LA ATENCIÓN DEL NUESTRO.
- El silogismo implícito parece autorizar en términos de normalidad el abuso de los bienes de nuestro agotado Planeta Azul, deteriorándose el medio natural. Nada más hay que observar el aumento de la población y la contaminación creciente al navegar por mares y ríos, para darnos cuenta que la vida de seres vivientes antes efervescente, desaparece en sus poblaciones y se acrecienta el peligro de extinción.
- Lo que antes era una explosión de vida en la naturaleza y los mares se agota al decir de navegantes, observando el silencio plúmbeo y asfixiante de capas de chapapote, plásticos y detritus... Pareciera que en el inconsciente colectivo de la especie se filtra una idea errónea de abundancia inacabable, ante la falta de límites para explotar los recursos naturales, como en el deseo incolmable de explotar las riquezas recónditas de la Antártica, aunque todos sabemos que los bienes ambientales deben permanecer lo más armónicamente posible en la estabilidad ambiental del cambio.
- Las costas mediterráneas se van sembrando de pesimismo y desolación, en el tráfico de inmigrantes, que no tienen CÓMO QUEDARSE NI A DÓNDE IR, parece no obstante aumentar la sensibilidad de la elemental necesidad de ¡OTROS!, que viven sin poder sostenerse no ya en sus insuficiencias básicas sino en un mínimo de dignidad, salud y educación.
- Si la fiesta del derroche y el consumo de los objetos, animales y plantas continúa en el sálvese el que pueda sin orden ni concierto, su desaparición como se ha dicho desde siempre anticipara la nuestra. También y más grave aún, es el peligro de la crueldad creciente que se observa ante la falta de valor que en algunas culturas tuviera el hombre, se reduce así la vida humana a mero objeto o a “piezas reutilizables”, expresando una decadencia alienante y truculenta que ataca la dignidad más elemental de la existencia y altera la libertad y el respeto sagrado de la vida del hombre.
- La especie necesita re-inventarse desde la bondad y la tolerancia amistosa en el reparto de los recursos posibles, para evitar la degradación de nuestras relaciones en espacios naturales, mares y las organizaciones vivientes diversas.
- Reconocemos que en este trabajo se expresa una llamada serie de atención a la convivencia pacífica y amistosa, en la que toda la realidad y nuestras ideas, quepan en una visión y misión práctica, que precisa del aporte de unos y otros y de todos en paz.
- Nuestra intención es que desde la conciencia evolucionada de personas altamente sensibles (Pas), consigamos mantener la amistad en ciudades, barrios y aldeas y como no en la aldea global. Es de igual modo nuestro deseo y el de muchos otros lograr una interacción auténtica, como nos enseña la psicología positiva y transpersonal del siglo presente, basada en el afecto y la cooperación que persiga el bienestar de todos.
- Podemos mejorar mancomunadamente una vez que caigamos en la cuenta de que juntos alcanzaremos mayor prosperidad. El planeta y sus habitantes se lo merecen, el reto consiste en saber si queremos cooperar en la nueva hoja de ruta de la convivencia pacífica todos los hombres de buena voluntad.
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