Varios
Datos técnicos
Balance del año Summary of the Year
Luis Fernández-Galiano
Un sismo en el sistema A Shock in the System
El vértigo vertical Vertical Vertigo
2008, una antología 2008, an Anthology
Cultura urbana Urban Culture
TEA, Santa Cruz de Tenerife TEA
Herzog & de Meuron
Biblioteca de la Universidad de Deusto, Bilbao Deusto University Library
Rafael Moneo
Teatros del Canal, Madrid Canal Theaters
Juan Navarro Baldeweg
Museo Memoria de Andalucía, Granada Andalucía Museum of Memory
Alberto Campo Baeza
Vocación ciudadana Civic Role
Ciudad de la Justicia, Barcelona City of Justice
David Chipperfield & b720 Arquitectos
Sede de Sanidad del Gobierno Vasco, Bilbao Basque Health Department Headquarters
Coll-Barreu Arquitectos
Centro parroquial, Rivas-Vaciamadrid (Madrid) Parish Center
Vicens & Ramos
Iglesia y centro parroquial San Jorge, Pamplona Church and Parish Center
Tabuenca & Leache
Deporte en seco Dry Sports
Centro Olímpico de Tenis, Madrid Olympic Tennis Center
Dominique Perrault
Piscina cubierta en Manlleu, Barcelona Indoor Pool in Manlleu
RCR, Aranda, Pigem & Vilalta
Centro de Tecnificación Deportiva, Cáceres Sports Technification Center
José María Sánchez García
Almacenes de pescadores en Cangas, Pontevedra Fishermen Warehouses in Cangas
Irisarri & Piñera
Encuentro sostenible Sustainable Gathering
Pabellón de España en la Expo 2008, Zaragoza Expo 2008 Spanish Pavilion
Francisco Mangado
Palacio de Congresos, Zaragoza Congress Center
Nieto & Sobejano
Pabellón Puente, Zaragoza Bridge Pavilion
Hadid & Schumacher
Parque del Agua, Zaragoza The Water Park
Alday Jover & L’Atelier du Paysage
Paisajes turísticos Touristic Landscapes
Bodegas Protos, Peñafiel (Valladolid) Protos Winery
Rogers Stirk Harbour & Alonso Balaguer
Villa Romana de La Olmeda, Palencia La Olmeda Roman Villa
Paredes & Pedrosa
Parador de Alcalá de Henares, Madrid Parador of Alcalá de Henares
Aranguren & Gallegos
Hotel La Mola en Tarrasa, Barcelona La Mola Hotel in Terrasa
b720 Arquitectos
Alternativas residenciales Residential Alternatives
Edificio Celosía en Sanchinarro, Madrid Celosía Building in Sanchinarro
MVRDV & Blanca Lleó
Edificio de viviendas Expo 2008, Zaragoza Housing in Expo 2008
Basilio Tobías
Viviendas en la plaza Lesseps, Barcelona Housing in Plaza Lesseps
OAB, Ferrater & Asociados
Viviendas tuteladas para ancianos, Alicante Housing for Senior Citizens
Javier García-Solera
Un año en el mundo A Year in the World
Luis Fernández-Galiano
Doce meses en portadas de prensa Twelve Months in Press Covers
Crónica de cuatro estaciones Chronicle of Four Seasons
2008 en doce edificios 2008 in Twelve Buildings
Premios y pérdidas Distinctions and Disappearances
Luis Fernández-Galiano
Un sismo en el sistema
Iba a ser el annus mirabilis de la China olímpica, y terminó siendo el annus horribilis del capitalismo liberal. Apenas clausurados los Juegos de Pekín, un terremoto financiero con epicentro en Nueva York causó un pánico bancario sin precedentes por su escala y extensión, derrumbando los mercados bursátiles y obligando a los gobiernos a rescatar las entidades en crisis mediante la inyección de sumas ingentes de dinero, lo que no impidió la quiebra de grandes bancos como Lehman Brothers o de países enteros como Islandia. La catástrofe financiera provocó de inmediato una recesión económica, y los planes de rescate proyectaron la sombra de una crisis fiscal, poniendo al sistema del capitalismo liberal al borde del precipicio: desbordando los límites de una crisis cíclica, el sismo originado en las economías centrales se extendió hasta los países emergentes, situando al planeta en la frontera de un colapso sistémico, agravado por la ausencia de liderazgo en la superpotencia estadounidense, donde la elección de Obama en noviembre fue una luz de esperanza en un año de tiniebla.
El detonador de la crisis fueron las hipotecas basura, que afloraron con el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, provocando un desplome del sector de la construcción que fue más agudo en los países —como España— donde el boom había alcanzado cotas más altas. Esta depresión inmobiliaria colorea en gris un año arquitectónico que tuvo su centro cordial en dos eventos festivos, los Juegos Olímpicos de Pekín y la Expo del Agua en Zaragoza. En la capital china se desarrolló un colosal espectáculo planetario que dejó tras de sí el extraordinario ‘nido de pájaro’, el estadio diseñado por los suizos Herzog & de Meuron con el artista Ai Weiwei como una titánica madeja de acero; las piscinas concebidas como un ‘cubo de agua’ por la firma australiana PTW; y el aeropuerto ejecutado por el británico Norman Foster, cuya elegante levedad no le impide ser la mayor construcción del globo. En la capital aragonesa, por su parte, una exposición internacional sobre el agua y el desarrollo sostenible —aunque también vinculada al segundo centenario de la Guerra de la Independencia, de cuyo inicio Zaragoza fue protagonista— produjo, entre el habitual turbión de construcciones efímeras, algunos edificios singulares, del pabellón-puente de la anglo-iraquí Zaha Hadid al palacio de congresos de los madrileños Nieto y Sobejano, y una obra excepcional, el pabellón de España, materializado como un bosque lírico y exacto de columnas cerámicas por el navarro Francisco Mangado.
Las urgencias financieras y las tensiones sociales creadas por el incremento del paro robaron los focos de atención a la crisis climática y energética —el petróleo llegó a alcanzar los 150 dólares por barril, para desplomarse a fin de año hasta los 40—, pero el tobogán económico no alteró el progresivo deterioro ecológico del planeta, un desafío histórico para la humanidad que reclama una gobernanza global de los recursos y, en el terreno de la arquitectura, un énfasis renovado en la sostenibilidad. Pocas obras expresan mejor esta actitud que la California Academy of Sciences, construida por Renzo Piano en San Francisco con una cubierta verde y ondulante que es todo un manifiesto ético y estético, en un año del que el genovés fue también protagonista por su medalla de oro de la AIA y sus proyectos en Ronchamp y de ampliación del museo Kimbell, en diálogo con Le Corbusier y Louis Kahn.
Otros nombres propios del año fueron los del francés Jean Nouvel, que recibió el premio Pritzker en Washington y terminó un auditorio en Copenhague; el suizo Peter Zumthor, que obtuvo el Praemium Imperiale e inauguró una emocionante capilla en Mechernich; el mexicano Teodoro González de León, que recibió la medalla de oro de la UIA en su congreso de Turín y terminó un museo de arte en el Distrito Federal; el santanderino Juan Navarro Baldeweg, que fue galardonado con el oro español y remató en Madrid el Teatro del Canal; y el californiano Frank Gehry, homenajeado con el León de Oro en una decepcionante Bienal de Venecia y centro de una áspera polémica —más virulenta que la originada por los proyectos de Foster y Hadid en La Meca— con su Museo de la Tolerancia en Jerusalén, centro simbólico de un Oriente Próximo que volvió a incendiarse en diciembre con la invasión de Gaza. Obras destacadas fueron también la topográfica ópera de Snøhetta en Oslo, la biblioteca de Giancarlo Mazzanti en Medellín, las universidades de Grafton en Milán y de José Cruz Ovalle en Santiago de Chile, el puente de Santiago Calatrava en Venecia, el museo de Nieto y Sobejano en Moritzburg y dos grandes realizaciones en Seúl y Luxemburgo de un Dominique Perrault que vio su carrera homenajeada con una gran exposición en el Centro Pompidou.
En España, los éxitos deportivos del año no tuvieron un correlato arquitectónico, y los edificios más celebrados fueron, además de la Ciudad de la Justicia de David Chipperfield en Barcelona, museos como el de Herzog y de Meuron (que también ganaron el concurso para la sede del BBVA en Madrid) en Tenerife y los de Rafael Moneo o Guillermo Vázquez Consuegra en Cartagena, y bodegas como la de Richard Rogers en Peñafiel; pero la culminación más esperada fue la de las cuatro torres levantadas en el norte de la capital por Henry Cobb, César Pelli, Rubio y Álvarez-Sala, y Norman Foster, entre las cuales se puso también la primera piedra del Centro de Congresos diseñado en forma de rueda por Mansilla y Tuñón, que ganaron por cierto el concurso para la pieza central de la Ciudad del Medio Ambiente de Soria con una propuesta de base esférica. Estos remates de altura dieron el contrapunto a un ejercicio en el cual la crisis del crédito desencadenó una epidemia de cancelación de proyectos de rascacielos, desde Estados Unidos —donde afectó a Calatrava en Chicago y a Nouvel en Nueva York— hasta Rusia, donde Foster vio desvanecerse su torre moscovita, y los propios emiratos del Golfo, que no resultaron inmunes a la recesión.
Por lo demás, el curso que celebró los centenarios de Jorge Oteiza y Max Bill o los 500 años de Palladio homenajeó asimismo a Paul Rudolph al hilo de la restauración y ampliación de su Escuela de Arquitectura en la Universidad de Yale, perseveró en el culto a Le Corbusier con un copioso conjunto de publicaciones y eventos, y lamentó la inevitable lista de desapariciones, encabezada por dos maestros parcialmente malogrados, el gran danés Jørn Utzon —al que recordaremos por la ópera de Sidney y la iglesia de Bagsvaerd— y nuestro Fernando Higueras —inseparable ya de la mítica ‘corona de espinas’— y en la que también figuran los arquitectos Walter Netsch, Nader Khalili, Joaquim Guedes, Federico Barba Corsini o Matilde Ucelay, el crítico Martin Pawley, los editores Andreas Papadakis y Gustavo Gili, los ingenieros de caminos y empresarios José María Entrecanales y Rafael del Pino, así como el ex-alcalde de Benidorm y pionero del urbanismo turístico Pedro Zaragoza: un defensor de los rascacielos el año que estos vivieron su agonía y su éxtasis, condenados como emblemas del capitalismo irresponsable y celebrados en su último hurra antes de la debacle inmobiliaria y financiera.
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