Juan Menduiña Fernández
Datos técnicos
Desde su uso inicial para erigir cabañas o cualquier otra edificación que supusiese abrigo para el hombre, la piedra de construcción ha recorrido un largo camino en el que queda como testimonio de las características y hábitos de las sucesivas civilizaciones asentadas en una determinada región. En el libro que nos ocupa esa región es Madrid, un territorio no excesivamente extenso, la superficie de la Comunidad de Madrid abarca 7.995 km2, pero sí cuajado de poblaciones con notoriedad histórica. A ello añade una amplia variedad geológica que ha propiciado, a lo largo del tiempo, la disponibilidad de muy diversos tipos de materiales adecuados para su utilización en construcción.
A pesar de su demostrada aptitud para tratarlos, los autores de este libro prescinden de algunos materiales que, como las arcillas y la industria ladrillera a ellas asociada, han configurado la arquitectura de amplios espacios de la región, como es el caso, por ejemplo, del valle del Henares. El libro aparece así centrado en la piedra utilizada en la construcción del rico patrimonio arquitectónico de la Comunidad de Madrid, en el cual se da, de forma emblemática, el patrón más notorio en el uso de la piedra natural de construcción: la proximidad y accesibilidad técnica y económica del recurso al lugar donde éste será aprovechado.
En estricto cumplimiento de este patrón, los autores han diseñado el libro dedicando un amplio capítulo a la geología de la Comunidad de Madrid, pasando revista a la estratigrafía de los terrenos sedimentarios y metamórficos y a la petrología de las rocas graníticas y filonianas, y subrayando en todo momento la aplicación histórica de estos materiales en construcción.
El encuadre histórico, presentado como un capítulo inicial, permite ubicar los modos y hábitos en el uso de la piedra por parte de los diversos grupos humanos que poblaron y civilizaron la región. Es sugerente el concepto de la reutilización de abundante material pétreo durante la época musulmana, explicando este proceso de autofagia la escasez de monumentos de épocas anteriores salvo en lo que se refiere a calzadas y, en general, vías de tránsito.
El despertar del uso de la piedra en Madrid, a partir del Siglo XI, con la edificación de numerosos castillos y otras obras de fortificación, así como de iglesias y ermitas, permite identificar las fuentes esenciales de suministro de materia prima pétrea en la región, a pesar de que parte de estas construcciones presentan el ladrillo o el tapial como elemento constructivo básico. El siglo XVI marca un momento de partida fundamental para el uso de la piedra en la arquitectura monumental, extendiéndose de forma decidida a la construcción de palacios, monasterios y otras obras de uso civil.
Piedra y ladrillo con mampostería convivirán en la arquitectura madrileña desde entonces hasta final del siglo XVIII, fecha con la que se cierra el recorrido trazado por los autores de este libro. La importante aportación que supone esta obra se completa con la relación y descripción de la piedra utilizada en 122 monumentos históricos, localizados en 53 municipios, que han sidoidentificados como los más relevantes dentro del patrimonio arquitectónico construido en Madrid antes del siglo XIX. Desfilan, por orden alfabético de los municipios, joyas tan conocidas como la Universidad de Alcalá de Henares, el Palacio Real de Aranjuez, el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, y, cómo no, la Puerta de Alcalá, las fuentes de Neptuno y Cibeles, y el Palacio Real de Madrid. Es mérito, sin embargo, del libro el descubrirnos otros monumentos, menos conocidos pero de relevancia constructiva y magnificencia en el uso de la piedra, como son los de presencia notable en Chinchón, Loeches, Manzanares el Real, Nuevo Baztán, o Torrelaguna, o los que aparecen más escondidos, casi tapados por el desarrollo de ciudades como Alcorcón, Getafe o Leganés.
Se incluye, en documento adjunto al libro, un mapa geológico con especial incidencia en la distribución de litologías dentro de la Comunidad de Madrid, en el que se indica la situación de los monumentos seleccionados y las canteras de piedra natural. Es sin duda un documento espléndido que debería servir de referencia para otras actuaciones en nuestro país. Con este documento cartográfico queda plenamente satisfecho lo que es el objetivo primordial de esta publicación: la integración de la geología con el patrimonio arquitectónico de la región.
La identificación de los materiales pétreos utilizados en cada uno de los 122 monumentos y las conclusiones sobre su procedencia geológica, con indicación de las canteras que los suministraron, constituye una contribución fundamental al conocimiento científico y tecnológico del patrimonio arquitectónico de la Comunidad de Madrid. Toda esa información queda aún más refinada en lo que se refiere a 18 de estos monumentos, la mayor parte de ellos en la ciudad de Madrid, para los cuales los autores han elaborado f ichas específicas que aluden a su historia, fábrica, características petrográficas y petrofísicas, e incluso datos sobre el estado de conservación de la piedra en la actualidad. Es, sin duda, una espléndida expresión de lo que los científicos podemos y debemos ofrecer para conocer mejor nuestro patrimonio y perpetuarlo.
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