Sinopsis

A finales del año 2003, con motivo de los actos conmemorativos de la finalización del Plan MAGNA, la Dirección de Geología y Geofísica del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) presentó un interesante estudio de evaluación económica y social del dicho Plan de cartografía geológica a escala 1:50.000. La escasez de este tipo de estudios tanto a nivel nacional como en el resto del mundo permite considerar el realizado por el IGME como absolutamente original, a pesar del carácter pionero que tuvo en 1983 el trabajo de Bernknopf y colaboradores, pertenecientes al Servicio Geológico de los Estados Unidos, sobre la valoración social de los mapas geológicos.


Se consideró por tanto de interés difundir al máximo esta evaluación ex post de un programa sistemático de cartografía geológica, para mostrar la gran utilidad de este tipo de cartografías temáticas no solamente en los ámbitos cercanos a las Ciencias Geológicas sino también a las Administraciones y entidades responsables de la generación de estos mapas y a las potencialmente usuarias o beneficiarias de los mismos. Para facilitar la difusión del estudio al mayor número de lectores interesados, se ha realizado una edición bilingüe Castellano - Inglés.


Me complace por ello prologar esta publicación, que no sólo presenta la metodología y los resultados del trabajo de evaluación económica del Plan MAGNA sino también la acogida de los usuarios y sus opiniones y sugerencias. Previamente, para enmarcar el estudio en un contexto adecuado, se introduce al lector en el conocimiento de la evolución histórica y perspectivas futuras de dicho Plan.


Es ciertamente complejo abordar una valoración de un activo intangible como la cartografía geológica que ha producido el IGME a lo largo del último tercio de siglo. Sin duda, los resultados obtenidos están sujetos a fuertes incertidumbres. No obstante, la seriedad del estudio y los resultados tan positivos que se han obtenido, que corroboran los de otras iniciativas previas, de carácter generalmente más parcial, realizados fundamentalmente en Estados Unidos, permiten garantizar, sin ningún género de dudas, la rentabilidad económica de un programa de cartografía geológica sistemática.


Para una institución como el IGME, cuya misión fundacional y principal ocupación a lo largo de su dilatada historia ha sido la producción de la cartografía geológica de nuestro país, es sin duda gratificante comprobar la utilidad y el beneficio económico que sus mapas geológicos han generado en la sociedad. Pero también hay que congratularse porque este estudio ha servido para plantear mejoras en los programas cartográficos, conforme a las necesidades detectadas entre los usuarios, permitiendo de este modo avanzar en esta actividad generadora de infraestructura y perfeccionar los productos ofrecidos a los ciudadanos. Esto debe constituir un elemento prioritario para un organismo de probada vocación de servicio público como es el Instituto Geológico y Minero de España.