REMACHA GETE, ANDRES
Datos técnicos
El largo turno de vida del alcornoque y la escasa rentabilidad de su madera hace que la economía del alcornocal se reduzca a la extracción de sus recursos naturales no maderables. El alcornoque aparece en el bosque esclerófilo, formando masas puras o mixtas, caracterizados los árboles por: Hojas no caedizas en invierno, duras y pequeñas. Producción de ceras y aceites. Resistencia al fuego por la corteza suberosa. Se deben realizar cortas fitosanitarias para evitar la propagación de enfermedades y mantener la sanidad del alcornocal. Para lograr la supervivencia, del alcornocal debido a que la propiedad es mayoritariamente privada, debemos facilitarles la gestión a la misma. Hay que devolverles la ilusión por descorchar intentando convencerles de que saquen buenos rendimientos y que para ello deben ordenar y realizar trabajos culturales en sus fincas de alcornocal. Es incluso importante que se descorche el alcornoque en Gerona, realizando de forma continuada labores culturales en el monte, debido además, en parte, a que está en pendiente, abandonado y con gran cantidad de sotobosque. 0.2.- REFERENCIAS HISTÓRICAS DE UTILIZACIÓN DEL CORCHO La primera referencia del corcho se encuentra en un fósil de Alcornoque encontrado en la cuenca hidrográfica del Tajo en Portugal tiene 10 millones de años ( Oliveira,1991), presentando una estructura celular intacta e idéntica en todo a la de los alcornoques actuales. Esto confirma que el corcho, debido a su excelente resistencia a la intemperie es un producto que bajo la acción de la humedad se mantiene inalterable e imputrescible en el caso de los aglomerados negros. Ya en Egipto se utilizaba el corcho. Se han encontrado en sarcófagos milenarios vasijas con tapones de corcho. En la antigua Grecia, el corcho se utilizaba, en las bolas de las redes de pesca, en las sandalias y como tapamiento de vasijas de vino y de aceite. El filósofo Griego Teofrasto (S. IV a III A.C.) descubrió que una vez descorchado el alcornoque, el corcho volvía a crecer rápidamente dando corcho de nuevo. El médico Griego Dioscoides utilizó el corcho quemado para oscurecer el cabello. Se ha encontrado en Éfeso (Grecia) un ánfora de vidrio del S. I A.C. tapada con corcho y conteniendo vino.
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